Este pasado mes de agosto he estado muy viajero. He descuidado este Cuaderno; ya veis que no suelo escribir sobre mi vida, quizá y parafraseando a Franz Liszt, porque estoy demasiado ocupado viviéndola.
Os cuento. El día 5 partimos un grupo de amigos en dos automóviles hacia Vascongadas, con buena ayuda del GPS, útil también para los radares. Entramos desde Burgos a Álava, dejando Miranda de Ebro y continuando hacia el norte hasta Bilbao, donde llegamos para descansar un rato y cenar con nuestros amigos de la ciudad y con otros con los que estábamos citados.
Al día siguiente salimos de madrugada y hacia las seis de la mañana estábamos entrando en el biotopo protegido del Macizo de Itxina, dentro del Parque Natural de Gorbeia. Atravesamos la gran puerta de los gigantes, el Ojo de Atxular o Atea Atxulaur, y llegamos a la cueva de Supelegor donde montamos el campamento. Acto seguido iniciamos nuestra marcha que duraría todo el día 6, subimos hasta el Monte Gorbea (entre Vizcaya y Álava) a 1482 metros de altitud, y volvimos a la cueva por la noche. Unas 16 horas de marcha de nada, en plan vasco, del mismo centro de Bilbao.
Harta complicada fue la marcha por la dificultad de algunas partes del terreno: la zona rocosa está formada por karst de roca caliza, muy erosionada por las lluvias, lo que forma en la roca profundos tajos que dificultan la andadura. Ambiente muy húmedo, llegando a llover esa tarde. Paisaje impresionante por los karst, tremendos agujeros por su profundidad, la abundante vegetación, sorprendente para un almeriense, repleto todo de musgos, hayas (Fagus sylvatica), y finalmente pudimos ver tejos (Taxus baccata), acebos (Ilex aquifolium), e incluso robles, ya al abandonar la región.
Dura marcha pero magnífica recompensa al llegar al campamento, donde repusimos fuerzas con una estupenda cena reparadora. Charlamos y por supuesto dejamos nuestra pequeña ofrenda a la hospitalaria diosa madre Mari (fundamental en la vieja mitología vasca), que habita la cueva de Supelegor, por permitirnos ocuparla.
Después de poder dormir un poco, al fin, salimos esa mañana de vuelta a Almería, pero con la intención de hacer un pequeño recorrido mágico por algunos lugares fundamentales en la historia de España. Pero eso queda para mañana.
Para unas imágenes de estos lugares pinchad aquí:
Biotopo de Itxina, Diario de un montañero, Las Montañas – Rutas del País Vasco.
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