Tenía este trabajo demasiado tiempo pendiente. Lo quería dedicar a nuestra compañera de viaje, María Dolores, con la que tanto he compartido un año más, al amparo de las alas de Justicia. Y a causa del retraso y por enésima vez unidos por Maat, lo comparto con nuestras amigas Isabel Alzina y Ana García. Un abrazo a todas, con todo mi corazón. La Justicia sea entre nosotros y en nuestra Tierra.
Maat es la Diosa de la Justicia, del Orden Cósmico. Su simbolismo se asemeja al de la Mahat hindú, La Mente Cósmica. Simbolizada esquemáticamente con una pluma.
Maat, o como aparece a veces Ma’at, debe ser tratado en Egipto más como un concepto que como una deidad tal como se cree, a veces en exceso. Como tantos mitos existentes sobre el antiguo Egipto, la tan traída idolatría y el supuesto politeísmo son uno de los más extendidos.
Ma’at es el concepto abstracto de bien, orden, verdad. Aparece personificado en una imagen de mujer con una pluma de ¿avestruz? en la cabeza, un cetro Uas y un Anj en la otra mano. Tras Ajenatón (18ª dinastía, siglo XIV a.C.) aparecen representaciones que la muestran como una mujer alada. Es hija del dios creador Atum-Ra (del que también emana la primera pareja divina, Shu –Aire- y Tefnuth –Espacio-). En los mitos de la creación aparece asociada a Toth (creador de todas las Ciencias, Señor del Silencio, dios del recuerdo), Path (Viejo dios del Fuego, los Misterios) y Khenemu (el moldeador). Aquí su nombre significa rectitud. En algunas imágenes, como en el mal llamado “Libro de los muertos”, o mejor, “Libro de la Oculta Morada” o “Libro de la salida del Alma a la Luz del Día”, Maat aparece en el momento del peso del corazón, cuando es colocado en un platillo de la balanza, y en el otro la pluma de la verdad. El corazón debe ser tan ligero como Maat para llegar a ser “el de la palabra verdadera” o el “justificado” y poder así entrar en el reino de Osiris. También aparece considerada como una fuerza benefactora que nutría a los dioses.
Algunos egiptólogos afirman que disfrutaba de un antiguo culto con sus propios sacerdotes, un templo en Tebas. Este culto se extendería desde esta ciudad y Kemet hasta el Delta del Nilo. El elemento Ma’at aparece en el nombre de numerosos faraones, en un sentido religioso y moral. Los ritos asociados simbolizan la unidad y armonía dentro del cosmos y por tanto en la sociedad. Solían realizarse por el propio faraón quien era representante en la tierra de esa justicia divina. Debía velar por el predomino de Maat y por la prosperidad del pueblo, conceptos unidos pues ambos dependían del orden, la verdad y la justicia. La persona recta se conduce en su vida por el camino de Maat y conforma un grupo social recto.
Tras la crisis política acontecida a la muerte de Pepi II (6º dinastía, siglo XXIII a.C.) se habla de una crisis de fe en el pueblo egipcio y se produce la separación entre el faraón y el concepto de Maat.
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