jueves, 27 de agosto de 2015

Administración Pública en elecciones y urbanidad


Durante la precampaña para las pasadas elecciones municipales, muchos ayuntamientos se afanaron en completar rápidamente pequeñas obras de embellecimiento, notablemente jardines, ya saben, del típico estilo excesivamente urbano, con más piedras y tierra que plantas y flores.

Nuestros jardines suelen pecar de un exceso de “urbanismo”, presuntamente racionalista, de “grandes explanadas” si es posible, arena y plástico, o mármol en el mejor de los casos, encarte o no. Cualquier cosa menos que nos parezca que estamos en contacto con algo de naturaleza, verde y frondoso, que de sombra, frescor y algo de humedad.



No. Uñas de gato, mimosáceas, palmeras en avanzado estado de raquitismo, acacias. En estas pasadas elecciones mi calle no se vio libre de esta lacra y tras retirar parte de la vieja cubierta vegetal, se roturó y se plantaron tallos de hiedra y uñas de perro o no sé qué bicho, que ahora se están secando.



Al poco, nuestros probos y educados vecinos lo llenaron todo con los excrementos y orines de sus mascotas, papeles y plásticos. Después, y durante, unos operarios municipales, con la mejor intención del mundo fueron realizando parte del carril bici y más tarde un apeadero. Lo malo es que al terminar, volcaron los restos de la limpieza de cemento sobre el jardín y el árbol vecino.



Vaya. Por favor, más urbanidad, a operarios y vecinos. A ver si os lleváis vuestros animales un poco más lejos, no en el jardín público, y recogéis sus excrementos. Gracias.

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