viernes, 28 de agosto de 2015

Festival de Bayreuth 2015



Quiero escribir sobre el Festival de Bayreuth del año 2015, que ahora termina, y no perder la oportunidad de poder hacer algunos comentarios. Por desgracia no he podido seguirlo al completo, me perdí alguna parte y el Ocaso de los dioses, última obra retransmitida por Radio Clásica de Radio Nacional de España.



¿El Oro del Rin?

Aún así, quiero mencionar alguna circunstancia de especial valor y que deben destacarse. No vivimos los mejores tiempos en cuanto a grandes cantantes wagnerianos, pero hemos de hacer notar la gran mejora general este año, en especial respecto a El Anillo de los Nibelungos, al menos todo aquello que pude oír.



¿Sigfrido?

Como destacaba en varias ocasiones el comentarista, quizá el mérito se deba al director musical del Ciclo, el ruso Kirill Petrenko, responsable de buena parte del grupo de cantantes con las que ya viene trabajando desde hace varios años, en Múnich y ahora en Bayreuth.



¿Tristán e Isolda? ¿La escena del filtro?

Incluso ha mejorado la calidad del canto en el Tristán e Isolda, aunque la voz femenina no es la mejor Isolda del mundo, ha mejorado bastante, no ha gritado demasiado, aunque a mí siempre me ha parecido mejor como la mala malísima de Lohengrin, Ortruda, teatralmente al menos.

 ¿Quién es su sastre?

 Lo que no puedo compartir, tengo mis serias dudas, es todo el desarrollo del Tristán. Christian Thielemann es sin duda uno de los mejores directores de orquesta actuales, de gran formación técnica. Muy expresivo y que consigue aunar sus recursos para lograr una orquesta compacta. Magnífico en las expresiones dramáticas de la obra, pero, y aquí surgen mis dudas, demasiado apolíneo a la hora de trazar los grandes arcos de expresión místicos de la Obra. Excesivo piano, refinamiento, mesura, pulcritud, demasiados tal vez. Es como si el misticismo de la ópera tuviera algo de gélido. Lo místico no es necesariamente estático, al estilo de las lentísimas direcciones del Parsifal, por ejemplo. ¿A quién se le ocurriría dirigir el Aleluya de EL Mesías a la velocidad de 30 negras por minuto?


¿Wagner?

El resto, no quiero comentar. Feo, antirromántico, antiwagneriano. ¿Se trata de eso? Las fotografías pertenecen a la web del Festival; las he tomado de distintos lugares.

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