El Filósofo puede encontrar errores y
descubrir defectos en los diversos aspectos que hacen a la vida; pero no se
conforma con señalarlos o temerlos, sino que trabaja ardientemente para mejorar
todo aquello que esté en sus manos, empezando naturalmente por él mismo. El
Filósofo advierte asimismo que, además de lo malo, siempre existe lo bueno y
positivo, solo que a veces está dormido o sepultado bajo las olas de temor y de
inercia. Las virtudes, como toda buena planta, deben ser atendidas y cultivadas
hasta lograr su mayor desarrollo.
Delia Steinberg Guzmán
(“Patología del miedo”)