En el Centro Cultural Idealia tuvo lugar una conferencia, dentro del ciclo que la Asociación Cultural Nueva Acrópolis dedica al filósofo y político alhameño, Nicolás Salmerón y Alonso, dictada por el profesor Antonio Burgos, el pasado día 6 de noviembre.
No importa donde nació ni si era almeriense; no es por oportunismo: es por justicia. Las fuentes de don Antonio Burgos fueron doña Mari Carmen Amate, don José Heredia, y textos del propio Salmerón. Su labor como político es quizá la más conocida. Su trabajo como filósofo lo es mucho menos, aunque es la raíz de su acción política.
Su lenguaje es metafórico, hiperbólico, exagerado. El franquismo lo etiquetó como marxista, ateo, masón. Desde luego podemos descartar las dos primeras; quizá fuera masón o tuviera alguna relación con la Masonería, aunque no hay pruebas. ¿Se le puede calificar como Krausista? El Krausismo es una matización de Kant. Salmerón creía en una vivencia de la fraternidad universal: la Humanidad es esencialmente Una, y fraterna entre sí. Eso marca su actividad política, creyó en ella y la vivió. Si se le puede criticar algo es su desenfrenado idealismo: hacía más filosofía que política en las Cortes. Vivió con los justo y no hizo política para satisfacer su instinto de poder.
“La Filosofía sirve al Hombre para enseñar la ciencia misma de la vida”, (conferencia en el Círculo literario, Almería).
¿Cuál es la imagen actual de la Filosofía? Es una especulación, conceptos abstractos, algo que pertenece a un grupo de hombres que piensan sobre cosas... Dice Salmerón que es la capacidad que tiene todo hombre de preguntarse por la vida, hallar algunas respuestas y llevarlas a la práctica (si no sirve para la vida cotidiana no sirve). Para él no es algo teórico. Quizá entre en política por amor a la gente, por la filosofía.
“El político que no sabe como educar al pueblo por la pedagogía es un farsante”. Como ahora (Eso lo digo yo).
Salmerón entero es el filósofo. ¿Qué institución puede recogerlo entero (político republicano, abogado, profesor o pedagogo, ¿krausista?, ¿masón?, orador...)?
Para Platón, las actividades propias del Hombre son la Ciencia, el Arte, la Religión y la Política. La Filosofía las coordina todas. Esa es precisamente la visión de Salmerón. Para él la oratoria es un arte, una forma de orar para transmitir algo, no para “explicar” algo.
En la época de Salmerón, vemos que en política se desmorona el sistema con sus privilegios que él ve esencialmente injusto para las necesidades de las personas. La religión cae en el dogmatismo. La ciencia en ascenso. El no asume los falsos conflictos entre religión y ciencia. Salmerón distingue entre Religión natural, por la que todo hombre que observa la naturaleza ve que no todo es cierto ni falso, detrás de lo que ve hay una realidad trascendente, y religión positiva cuando esas percepciones se plasman en forma de dogmas. El hombre tiene que ser “bueno”, no porque se lo diga un sacerdote y por un Paraíso, sino por su valor en sí. Recordemos que Religión viene del latín “re-ligare”, volver a unir, a una Humanidad Una. Es búsqueda de la Unidad, del Bien, de la unión del hombre con los demás y con su esencia.
Su forma de arte es el discurso, como vimos. Ciencia es búsqueda de la Verdad. No puede estar condicionada al dogma religioso. La Razón no es sólo una lógica formal, es una potencia del alma a despertar.
La visión común de la Historiografía al uso es dividir el devenir histórico de la Humanidad en cuatro grandes etapas: mágica, religiosa, filosófica y científica-positiva. El alhameño no parece compartir del todo esta visión. Para él la Fe es un estado de preconocimiento, de aspiración continua, de intuición de aquello a lo que la Razón no llega aún. No comparte conceptos de la religión positiva. Critica el antropomorfismo de Dios y su arbitrario gobierno que puede ser “comprado”. Lo Divino no puede saltarse las leyes, no se altera con la plegaria. Ello degrada al hombre y lo debilita.
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